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miércoles, 24 de agosto de 2011

Historias bufalinas de Cuba

Hola a todos y a todas

Esta señora fue homenajeada por la Asociación Cubana de Producción Animal, ahí les dejo el artículo.


Dos seres y un nombre propio

Foto: Erlinda se dedica al ordeño de búfalas. / FOTOS DEL AUTOR
Por: Dilbert Reyes Rodríguez
23
08
2011
Al beso de la presentación ante Erlinda Yero Liens, lo acompañó un premeditado apretón de manos. Fue fuerte y seguro, era de esperar, pero al girarle y mirar sin discreción ni permiso la palma, sorprendió la mano delicada, a pesar del trabajo recio y constante.
“Es que la leche de búfala tiene mucha grasa, y no deja formar callos ni cachaza”, aseveró guiñando el ojo.
De sus 57 años entre la Sierra natal y los pastos circundantes a la ciudad de Bayamo, esta madrugadora de oficio ha dedicado 23 al ordeño del ganado, “primero de vacas, y desde el 2004 con las búfalas de la Empresa Pecuaria La Bayamesa”.

Precisamente la última labor ha distinguido a la señora, merecedora este año del Premio Nacional a la Excelencia de la Mujer Productora, otorgado por la Asociación Cubana de Producción Animal.
 
“Dijeron que era la única en Cuba dedicada al ordeño de búfalas, y yo quisiera que no fuera así, sino que hubiera muchas mujeres en esto, como en el resto de los sectores.
 
“Sin embargo, en otra unidad cerca de aquí, ya hay una muchacha haciéndolo también, con el mérito incluso de ser la propia jefa del establecimiento. Eso me alegra mucho, porque reafirma que la mujer cubana puede hacer cualquier cosa, lo mismo de los hombres y con igual resultado. Por ejemplo, yo lo mismo ordeño, que raspo y lavo las ubres, pastoreo, y hasta me pongo a reparar las cercas.”
 
Segundo Ferrer, jefe de la unidad bufalina número 4, lo confirma: “Queremos a Erlinda como a una hermana, pero no le bajamos la carga por ser mujer. Ella misma no lo admite y puede competir con cualquiera de nosotros. Permiso un minuto. ¡Dale Erlinda, coge la otra!”.  
 
“¡Maripoooosa, ven!”, entona ella, y la ata a la armadura del corral.
Mientras otro obrero limpia todo el vientre de fango -hábitat natural del búfalo- y lava muy bien la ubre, Erlinda relata su rutina diaria, desde el despertar a la cuatro de la mañana, el ordeño a partir de las cinco y media, y el resto de la jornada dedicada a la atención del ganado; que en su unidad está conformada por 50 búfalos, nueve hembras en ordeño, dos novillas, 14 añojos y 11 crías, “todos gordos como una canoa”.
 
Ya con la ubre entre las manos, Erlinda no detendrá el pulso hasta topar los cuatro litros, buen promedio, “y eso que dejamos un cuarto para el ternero”, explica ella; quien entre vacunos ha pasado su vida, los considera dóciles y tiernos, “si se saben cuidar, claro”, y los tiene también como el mejor argumento a fin de demostrar que, si las hay, sobran los dedos de una mano para contarle a la mujer cubana las cosas imposibles.

Fuente: www.cnctv.cubasi.cu

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